CAFÉ Y QUESO: UNA COMBINACIÓN PARA SIBARITAS
En el arte culinario todo vale. Lo importante es estar dispuesto a probar nuevos sabores, texturas, aromas e ingredientes. En esta nota te contamos sobre la nueva tendencia de maridar café con quesos, una experiencia que abre los sentidos.
Los más prestigiosos baristas concluyen que este néctar milenario es un compañero ideal para el queso porque corta su salinidad y limpia el paladar dejándolo listo para degustar el próximo bocado. Al principio puede sonar extraño, pero luego cobra sentido cuando la acidez de uno y la cremosidad del otro se potencian en el paladar y explotan en la boca.
No es necesario ser un experto para disfrutar de esta experiencia, solo hace falta conocer algunas reglas generales para vivirla como un profesional.
Si el café es de tueste suave, cuerpo ligero y acidez alta, lo recomendable es combinarlo con quesos cremosos como el Brie o el Camembert. Si preferís el queso azul, un café de acidez media es el acompañante perfecto para darle un toque distintivo a su sabor fuerte.
Para el café de tueste oscuro, con buen cuerpo y menor acidez, el Raclette y el Emmental son excelentes opciones.
Ahora bien, si sos un amante de los quesos ahumados como el Mimolette añejado o un Comté, o los quesos semigrasos madurados, como el Parmesano, éstos alcanzan su máximo esplendor acompañados por una taza de café de acidez elevada. Por su parte, los quesos con notas dulces como el Gouda o el Ricotta se amalgaman mejor con un café de acidez baja.









