EL CAFÉ TAMBIÉN SE DISFRUTA FRÍO
Tres variables son fundamentales para el café preparado en frío: la temperatura del agua, el tiempo de infusión y el grosor de la molienda. El Cold Brew revela nuevos sabores y aromas ya que el grano de café no tiene la misma reacción en un medio caliente que en uno frío.
El término Cold Brew, como su propio nombre indica, hace referencia a la preparación de café a baja temperatura, pero no debe confundirse ni con el frappe ni con una simple infusión fría porque se trata, en esencia, de un tipo de elaboración. Esta fórmula alquímica posee, como toda poción, varios tips y métodos para elaborarla.
Uno de ellos es el cold drip, en el que el café pasa por un proceso de inmersión en frío o a temperatura ambiente desde el principio hasta el final de su producción. Esto puede durar entre 3 y 24 horas, dependiendo del método y la fórmula (y también la paciencia) del maestro cafetero. En este sentido, es muy diferente al café que se prepara rápido y con agua caliente, no solo por la diferencia en el tiempo de preparación sino por el sabor que se obtiene.
Para degustar el mejor Cold Brew la molienda debe ser gruesa. Esto no es un capricho, sino lo conveniente por el largo tiempo de extracción en comparación con bebidas preparadas con agua caliente. Una característica central del Cold Brew es cómo actúa el agua de baja temperatura en la extracción de los componentes del café. En frío, se consigue una bebida con un 60-70% menos de acidez, menos amarga, y con menor extracción de cafeína.
Dependiendo tanto de las proporciones entre agua y café, conocidas como ratios, como del tiempo de extracción la preparación final puede estar lista para beber o concentrada. Puede ser diluida pero también puede usarse ese súper concentrado para otro fin: cocktails, recetas de pastelería, postres.
Justamente uno de los atractivos de esta bebida, además de ser ideal para los que buscan algo refrescante que también les de energía, es ser personalizable: puede tomarse con hielo, rebajarse con leche o suavizarse con más agua. Se trata de probar varias combinaciones hasta encontrar la preferida, por eso dejamos la receta y ¡que comiencen los experimentos!
El café con hielo es aquel donde la infusión se prepara con agua caliente y luego se echa sobre el hielo para enfriarlo rápidamente. Simple y rápido, con la contra que, si el hielo que usamos es de mala calidad y se derrite rápidamente, el café puede quedar excesivamente aguado y con un gusto no del todo agradable.
El café preparado en frío se infusiona con agua fría. Se preguntarán cómo puede ser posible ¿verdad? Aquí les dejamos el paso a paso para disfrutar del mejor café frío.









